Si tenemos que hablar de un personaje histórico, español y que esté muy ligado a la historia y la contemplación de las estrellas y el cielo, sin duda, los astros se alinean presentándonos al que probablemente haya sido el rey más poderoso e importante de toda la historia, no solo de España, sino del mundo, Felipe II.
El Prudente, conocido por su poderoso imperio donde no se ponía el sol, su ferviente fe, y la Leyenda Negra promovida por los ingleses, también albergaba un profundo interés en la ciencia, especialmente en la astronomía, llegando a ser considerado un místico de la época. Hoy os daremos algunas pinceladas de cómo su pasión se entrelaza con su legado arquitectónico, especialmente en San Lorenzo de el Escorial, creando un vínculo que ha llegado hasta nuestros días.
El rey astrónomo, Felipe II
Felipe II, rey del Imperio Español desde 1556 hasta su muerte en 1598, no solo fue un monarca de uno de los mayores imperios del planisferio conocidos por la humanidad, sino que también fue un mecenas de las artes y las ciencias.
Su corte, asentada en Madrid, no solo era un centro de poder político sino también un foco de avance científico, pese a lo que nos han enseñado en clases de historia influenciado por esa Leyenda Negra. Rodeado de astrónomos y matemáticos, que él mismo protegía en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Felipe II mostró un interés particular en la observación de los cielos. Este interés no era meramente un pasatiempos, sino una parte integral de su visión del mundo, reflejado en uno de sus lemas: Non Sufficit Orbis (“el mundo no es suficiente”).
Desde joven, el príncipe Felipe fue educado en una gran variedad de disciplinas, incluyendo ciencias y matemáticas.
Influenciado por eruditos y científicos de la época, desarrolló un interés particular en la astronomía, una ciencia que en aquel entonces estaba estrechamente vinculada con la astrología, la mitología el esoterismo y la interpretación de los cielos como una manifestación de la voluntad divina.
Siendo ya rey, su corte albergó a algunos de los astrónomos más destacados de la época. Astrónomos como Tycho Brahe, recomendados por su tío Rodolfo II de Habsburgo, con el que se crio Felipe y del que aprendió mucho sobre ciencias ocultas y alquimia, aunque no directamente vinculados a su corte, recibieron su apoyo y patronazgo. Este apoyo no solo reflejaba su interés personal, sino también su deseo de posicionar a España como un centro de avance científico y conocimiento.
La influencia de los cielos en las decisiones del rey fue mayor de la que pensamos. En una época donde la línea entre la ciencia y la superstición era borrosa, se cree que las observaciones y predicciones astronómicas influían en las decisiones políticas del monarca de la casa de Austria. Aunque es difícil determinar hasta qué punto la astronomía guió sus acciones, está claro que tenía un lugar en la mesa de consejos del rey.
Además, también se piensa que la astronomía jugaba un papel fundamental en la estrategia militar y diplomática del monarca. Los eclipses y otros eventos astronómicos eran a menudo interpretados como presagios, los cuales podían ser utilizados para influir en su ánimo y en las negociaciones con otros territorios.
El legado astronómico de San Lorenzo de El Escorial
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es una de las construcciones más emblemáticas del reinado de Felipe II, y uno de los monumentos más visitados de nuestro país. Diseñado por Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, El Escorial no solo es una maravilla arquitectónica reconocida por todos, sino que también esconde distintos significados astronómicos ocultos que probablemente no sabías.
Su diseño, en forma de parrilla, debido al martirio de San Lorenzo, y su orientación, alineada con ciertas efemérides como la puesta de sol en la festividad de San Lorenzo, hacen que el templo sea visto para muchos como un reloj solar divino.
El Monasterio de El Escorial, construido bajo el mandato de Felipe II, es una de las joyas arquitectónicas del Renacimiento español y un monumento que refleja el grandioso poder del Imperio y la fe del monarca. Sin embargo, más allá de su importancia religiosa y política, El Escorial alberga una conexión profunda con la astronomía, reflejando el interés del rey en el cielo y su impacto en el arte y la ciencia.
El diseño del monasterio, liderado por Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, e influenciado por el Templo de Salomón según las escrituras de la Biblia, incorpora elementos que reflejan la visión del universo en la época. La simetría y proporciones del edificio, así como su orientación, están en armonía con ciertos principios matemáticos y astronómicos.Esta precisión no es solo estética, sino que también simboliza el orden y la armonía del cosmos, un concepto central en la visión del mundo de Felipe II.
El Escorial no fue solo un simple monasterio y la residencia real de Felipe, sino que también se convirtió en un centro esotérico y científico. La biblioteca de El Escorial, por ejemplo, albergaba una vasta colección de manuscritos y obras sobre astronomía, matemáticas y otras ciencias, prohibidas por la Inquisición en aquellos tiempos (la cual Felipe II apoyaba). De ahí que se dijera que el rey tenía una segunda cara mística, muy alejada de ese fanatismo católico que le definía.
A parte de su orientación hacia la puesta de sol del 10 de agosto (día de San Lorenzo), el Monasterio de El Escorial también se dice que está orientado hacia Tierra Santa. Sin embargo, esta afirmación es más especulativa. Si bien durante la época de Felipe II, la cristiandad y sus símbolos eran de gran importancia, sobre todo después del Concilio de Trento, Tierra Santa ocupaba un lugar central en la visión católica, aunque no hay evidencia documental que respalde la idea de que El Escorial fue intencionadamente orientado en esta dirección.
Por último, la idea de que El Escorial está construido tapando una de las que se consideraban bocas del infierno es parte de la leyenda. En la época medieval y el Renacimiento, era común que ciertos lugares fueran asociados con el infierno o fuerzas sobrenaturales, a menudo debido a características geológicas inusuales o fenómenos naturales no entendidos en ese momento. En este caso se cree que El Escorial está construido sobre un vórtice energético, una zona con mayor magnetismo terrestre que es capaz de alterar las brújulas. ¿Posible?
La Silla de Felipe II y sus misterios
Para finalizar, nos gustaría hablaros de un lugar muy especial, no muy lejos del propio monasterio, donde se encuentra la Silla de Felipe II, una formación rocosa desde la cual, el rey, contemplaba la construcción del monasterio que duró 20 años. Este sitio ofrece no solo una vista panorámica del monasterio sino también del cielo nocturno, debido a la baja contaminación lumínica.
Esta curiosa silla de piedra, según cuentan las historias, era el lugar favorito del rey para sentarse y contemplar no solo la construcción de El Escorial, sino también el cielo. Incluso, cuenta la leyenda que Felipe II utilizaba el lugar para contactar con extraterrestres y fuerzas sobrenaturales… ¡Pero eso solo es la leyenda!
Hoy en día, este sitio sigue siendo un punto de interés tanto para aficionados a la historia como para los entusiastas de la astronomía y la naturaleza. De hecho, es un lugar que está protegido por la UNESCO, al igual que el Monasterio y todos sus alrededores.
La herencia de Felipe II va más allá de la política, la religión y el Imperio. Su pasión por la artes ocultas, el esoterismo y la astronomía se manifiesta en este lugar de profundo significado.
En El Nocturnario, buscamos revivir estas conexiones históricas y astronómicas a través de nuestras rutas y experiencias. Al igual que Felipe II, os invitamos a mirar hacia las estrellas y descubrir los grandes misterios del cosmos.
Podéis echar un vistazo a nuestra agenda, donde podéis consultar las próximas actividades y eventos especiales que organizamos. Te invitamos a unirte a nosotros en estas aventuras. Desde las lluvias de estrellas hasta las distintas constelaciones relacionadas con la mitología. ¡No te lo pierdas!