Desde hace unos años se ha puesto muy de moda regalar una estrella a alguien como signo de amor, para pedir perdón o simplemente como detalle en una ocasión especial, pero ¿realmente se puede comprar una estrella? Seguro que es una pregunta que alguna vez ha pasado por tu mente. Si buscamos en Google “comprar una estrella” nos saldrán multitud de páginas que nos aseguran una estrella “con certificado y mapa estelar” con coordenadas concretas para observarla en el cielo, pero, ¿es eso cierto? Sigue leyendo y descubre cuánto hay de verdad y cuánto no sobre este tema.
¿Quién regula el espacio exterior?
Cuando se comenzó a explorar el espacio surgió la necesidad de regular las actividades espaciales. Por este motivo, en 1959 la ONU creó el Comité para los Usos Pacíficos del Espacio Exterior dando paso al Tratado del Espacio Exterior o Tratado sobre el espacio ultraterrestre. En este documento regulador a nivel internacional se decreta que los cuerpos celestes y por tanto las estrellas no pueden ser reclamados por ningún estado y, mucho menos, por ningún individuo. Es decir, los cuerpos celestes son de toda la humanidad, pero de nadie en concreto.
Aclarado que no se puede comercializar con las estrellas, vamos a lo que realmente nos concierne: ¿Se puede poner nombre a una estrella? la respuesta rápida es no, pero te lo explicamos con más detenimiento.
El único organismo que tiene la potestad para poner nombre a cualquier objeto celeste es la UAI -Unión Astronómica Internacional-. La UAI la forman un conjunto de astrónomos profesionales que tienen como objetivo salvaguardar la astronomía.
Los nombres de las estrellas se establecen a través de una designación científica o histórica, heredando etimologías árabes, griegas o latinas, pero nunca con el objetivo de comercializar con ellas. De hecho, como ellos mismos aseguran en su página web, “se desvinculan por completo de la práctica comercial de “vender” nombres ficticios de estrellas” al ser una organización sin ánimo de lucro.
Es importante saber que la mayoría de las estrellas del firmamento no tienen nombre propio, se las designa con combinaciones alfanuméricas establecidas en los distintos catálogos astronómicos.
Estas designaciones alfanuméricas son útiles para que los astrónomos identifiquen oficialmente las estrellas que estudian. Sin embargo, en muchos ocasiones, como en el caso de estrellas brillantes y estrellas de interés histórico, cultural o astrofísico, puede resultar más sencillo referirse a ellas por un nombre propio.
Por este motivo, en 2016 la UAI organizó un grupo de trabajo cuyo propósito era catalogar formalmente los nombres de las estrellas más brillantes y conocidas. Este catálogo incluye actualmente 449 estrellas y periódicamente se incorporan nuevos nombres de estrellas que han sido aprobadas por la UAI. Este listado se puede consultar AQUÍ
La práctica de nombrar y regalar una estrella
La venta de estrellas comenzó a finales de los 70, concretamente en 1979, de la mano de la empresa ISR –International Star Registry- que aseguraban ser los únicos que tenían un registro en la oficina de derechos de autor para poder dar nombre a las estrellas, pero realmente eso no significaba nada. Es decir, cualquiera puede crear un “libro de estrellas”, registrarlo y apuntar los nombres de estrellas como si de un libro de ciencia ficción se tratase.
Desde 1979 han surgido multitud de empresas que repiten este modelo de negocio.
Cuando alguien compra una estrella y la registra con un nombre concreto, lo único que está haciendo es registrar ese nombre en un catálogo interno que
pertenece exclusivamente a la empresa que ha realizado la venta y que no se correlaciona con ningún registro oficial y no tiene ninguna validez científica. Es decir, ningún astrónomo o astrónoma va a trabajar diciendo “esta es la estrella María García”.
Si la compra incluye certificado y algún detalle extra como una brújula, cuadro… realmente lo que estás comprando son todos esos complementos.
Para comprobar toda esta información solo tienes que leer las condiciones de venta de cualquiera de estas empresas, es decir, la letra pequeña. Para no incurrir en un delito deben avisar expresamente en sus condiciones que el cliente no está realizando un registro en un catálogo estelar oficial, si no en su propio catálogo interno.
Otras formas de regalar una estrella
Si estás pensando en regalar una estrella esperamos haber resuelto tus dudas sobre lo que significa nombrar y comprar una estrella y esto te permita tomar una decisión sin que nadie te engañe.
Esta práctica, que se ha puesto de moda por lo atractivo del concepto, es una picaresca que navega en el filo de lo legal. Pero hay otras formas de hacer un regalo especial relacionado con las estrellas.
En lugar de regalar una estrella concreta, puedes regalar el cielo entero en una experiencia astronómica como el Nocturnio, una observación para disfrutar del firmamento.
Aunque la forma más cercana de regalar un trocito del espacio exterior es regalando un meteorito. Hay un gran mercado de meteoritos certificados (analizados químicamente). En este enlace podéis encontrar meteoritos certificados a un precio competitivo.
2 comentarios
Me gustaría obtener más información sobre lo de regalar un meteorito.
Hola Cristina, en este enlace puedes conseguir meteoritos certificados: Telescopiomania