Hace algunos años el brillo de Betelgeuse se atenuó en gran medida y nos hizo pensar que, tal vez, había llegado la hora de su abrupto final. Si ocurriese tal evento y explotase como supernova su brillo podría superar al de la Luna llena; algo similar ocurrió en el año 1054 con la supernova que dio lugar a la nebulosa del Cangrejo.
Según el diagrama de la evolución estelar es el destino que le espera a Betelgeuse debido a su masa. No obstante, en este caso es algo relativo y no es completamente seguro. Debido al gran volumen que ha adquirido está perdiendo masa de forma acelerada y la presión sobre el núcleo en proceso de colapso no va a alcanzar valores críticos como ocurre en una supergigante azul. Este largo proceso puede hacer que Betelgeuse pierda la mayor parte de su masa antes de convertirse en una supernova. Si fuese así, su núcleo acabaría convertido en una enana blanca y no en una estrella de neutrones.
Un caso muy distinto fue el de la estrella Sanduleak-69⁰ 202a. Esta estrella se convirtió en una supernova en 1987 y antes de su explosión se pudo identificar como una joven supergigante azul que apenas había podido alejarse de su nebulosa progenitora.
La supernova SN 1987A surgió en la nebulosa de la Tarántula de la Gran Nube de Magallanes. Esta supergigante azul era una estrella de tipo espectral B3 y con una masa estimada entre 15 y 20 masas solares. Se trataba de una estrella muy densa y con una temperatura muy elevada en su superficie. Esto hizo que consumiese muy rápido el hidrógeno y el helio en su núcleo que, en unos pocos millones de años, entró en colapso dando lugar a una espectacular supernova.
Cuando una supergigante roja adquiere un gran volumen con una acusada pérdida de masa, como en el caso de Betelgeuse, es dudoso que pueda acabar como una supernova, ya que el proceso de colapso es más lento que en una supergigante azul y la presión en el núcleo mucho menor.
Betelgeuse (α Orionis)
Betelgeuse es una supergigante roja ubicada a aproximadamente 643 años luz de nuestro sistema solar, representa un objeto de considerable interés astrofísico debido a su estado evolutivo avanzado.
Tiene un radio que se estima en más de 800 veces el del Sol. Su atmósfera se extiende más allá de la órbita de Júpiter, si estuviera en el centro de nuestro sistema.
Su variabilidad luminosa, evidenciada por fluctuaciones significativas en su brillo a lo largo de décadas, ha sido objeto de extensas investigaciones. En particular, el evento de “Gran Atenuación” observado entre 2019 y 2020 generó hipótesis que abarcaban desde la expulsión de material que formó una nube de polvo oscurecedora, hasta cambios intrínsecos en la convección estelar. La interpretación predominante sugiere un episodio de eyección de masa que condujo a la formación de polvo que bloqueó la luz de la estrella desde nuestra perspectiva.